marzo 29, 2005

Adoctrinamiento: la sucia trampita de El Universal

El siguiente texto lo publiqué en mi otro blog, ese que mientan La casa del Perro, y el blog se me jodió todo: no he podido hacerlo funcionar desde entonces. Quiero inaugurar con ese mismo texto mi Guerra nuestra (nombre de la vieja columna semanal que yo escribía en El Nacional cuando en ese periódico todavía se hacía periodismo). Me gusta desafiar la pava y las malas influencias.
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El diario El Universal de Caracas es, con casi toda seguridad, el periódico más retrógrado, fascista, ultraderechista y (por todo lo anterior) repugnante entre los que se publican en papel impreso en toda América Latina. Desde su fundación, en la alborada del siglo XX, su línea editorial y conductual reveló en qué consistían sus “valores”: los cotidianos e insignes jalones de bolas del periódico a Juan Vicente Gómez, López Contreras, Medina, Pérez Jiménez y la dictadura adeco-copeyana dan fe de algo que uno huele apenas se acerca a tres metros del quiosco: allí no tiene cabida nada que signifique pueblo, progreso y justicia social. Un diario de derecha, vergüenza de la historia del periodismo.
Hace unos días me propusieron escribir para el semanario En Caracas una reflexión sobre el tema “Educación e ideología” (lo publicaré aquí cuando ya haya salido en el impreso; es una norma ética que me he impuesto). Lo abordé por este lado: la educación es, en sí misma, un acto de adoctrinamiento o emplazamiento ideológico. Así que los adultos que lloran porque el nuevo modelo de educación que quiere promover el Estado bolivariano “pretende adoctrinar e ideologizar a los niños”, es porque sencillamente no saben qué fue lo que les hicieron en la escuela o no les da la gana de admitirlo: a usted, desde que lo enseñan a leer, le están zampando dosis más pequeñas o más grandes de ideología, y a eso se debe, entre otras cosas, que la aplastante mayoría de los venezolanos opinemos, sin ser duchos en las respectivas materias, que el mejor novelista venezolano es Rómulo Gallegos; el mejor poeta, Andrés Eloy Blanco, y el Padre de la Opep, Juan Pablo Pérez Alfonzo.
Ya de adultos, cuando nos hacen esas preguntas, nuestras respuestas son automáticas: incluso alguien que no ha leído Doña Bárbara es capaz de opinar que esa es la mejor novela escrita en Venezuela. Eso es adoctrinamiento, eso es ideología: el acto de ponerlo a usted a responder como un autómata de acuerdo con los intereses del grupo político dominante, y no de acuerdo con sus propios criterios, gustos o análisis. ¿O es que acaso es gratis que Gallegos, Andrés Eloy y Pérez Alfonzo hayan sido todos dirigentes de Acción Democrática?
Hoy aparece en http://www.eluniversal.com/ una especie de encuesta, una sección que invita al lector a fijar su posición respecto al siguiente tema: ¿Cuáles son los objetivos de los distintos proyectos que en materia educativa adelanta el Gobierno? La cosa no tendría nada de malo ni de extraño ni de asquerosito, de no ser porque ese maldito periódico tiene meses “explicándoles” a sus lectores que lo que pretende el Gobierno bolivariano es “cubanizar” la educación, convertir a todos nuestros niños en comunistas.
Es la clásica estrategia pavloviana: te repito mil veces "El Gobierno nos quiere cubanizar, el Gobierno nos quiere cubanizar, el Gobierno nos quiere cubanizar, el Gobierno nos quiere cubanizar, el Gobierno nos quiere cubanizar, el Gobierno nos quiere cubanizar", y después te pregunto, hecho el pendejo: "¿Qué es lo que quiere el Gobierno?". Y todavía hay güevones que caen en la trampa. Sigan comiendo mierda.
Echenle un vistazo a las respuestas que da la mayoría de los lectores de El Universal. Vayan, métanse en esa letrina y llénense de asco: ahí verán en vivo los resultados del adoctrinamiento, la ideologización, la gringuización perpetrada por quienes se dicen defensores de la libertad de pensamiento.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Es evidente que el amor es ciego, porque este artículo sólo refleja que la pasión que usted siente por la izquierda le hace imposible ver los estragos que la misma está causando en el país. No hace falta que yo lea El Universal u otro periódico para ver el cúmulo de cubanos ocupando el espacio (en salud, seguridad, empresas del estado, entre otras pequeñas cosas o ¿debo nombrar las misiones?)que debe ser ocupado sólo por venezolanos. Le sugiero dejar su amor platónico a un lado y seguro comienza a verle las tantas costuras que tiene este infame "proceso", o ¿acaso olvida las crónicas que escribe? Le doy otra recomendación que seguro usted por ser periodista estará cansado de leer: Descalificar no es la forma en que se desmiente un hecho; y me disculpa pero eso es lo que refleja este artículo (por el contrario de muchos otros suyos afortunadamente)donde peligrosamente se lee entrelíneas un halo de resentimiento... En algo tiene usted razón: Está muy difícil que una ciudadanía criada en la libertad pueda someterse a los estragos de un régimen tan nefasto como el cubano

JRD dijo...

Nada de lo que dices hace que El Universal deje de ser una plasta de mierda, indigna de lo que debe ser un espacio informativo.